Hierba pastel (isatis tinctoria)
El nombre de “pastel” viene de la pasta que se hace con las hojas para obtener el colorante. Es original de las estepas y zonas desérticas del Cáucaso, centro y oeste de Asia. La hierba pastel, nuestro “malvarisco”, es una planta herbácea de 0´5 a 1 m, con tallos delgados, erguidos, altos, ramificados en la parte superior; hojas inferiores pecioladas, lanceoladas y alternas; flores amarillas en inflorescencia ramificadas; fruto en silícula colgante, en forma de cuna y con alas grandes resultando en total una longitud de 3 a 5 veces mayor que la anchura; florece entre mayo y junio. Prospera en campos de labor, bordes de caminos, taludes y baldíos. Hasta finales del siglo XVI era la única fuente de tintura azul en Europa y a partir de esa fecha se pone en el mercado el índigo desde Oriente Medio.
Son numerosos los usos de esta planta; antiguamente fue cultivada para la obtención de un tinte azul o añil con sus hojas fermentadas pero desde la aparición de tintes sintéticos como las anilinas su cultivo se abandonó; los tintoreros de Chinchilla (Albacete), famosos por los tapices que hicieron en la Edad Media, conseguían diferentes colores azulados; las hojas tiernas son amargas pero si se ponen a remojo pueden ser comestibles; se cultivó como forraje para los animales; se empleó como desinfectante preparando decocciones de hojas y raíces; en la medicina popular, fue el remedio contra la fiebre y antiinflamatorio para casos de meningitis, encefalitis, paperas, gripe, garganta irritada, edemas…; es altamente astringente; parece que se puede usar para prevenir algunos cánceres ya que tiene 20 veces más cantidad de glucobrasicina que el brócoli; los celtas lo usaron como “mercromina” por sus propiedades antisépticas y cicatrizantes.
(Malvarisco en Villafer) No confundir con el Malvavisco