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foto-17-escudo-pimentel-picEntre los siglos XIV y XV (ver mapa 8) se desencadenó una doble crisis. Por una parte la crisis demográfica (siglo XIV) causada fundamentalmente por el desarrollo de la Peste Negra y por las malas cosechas que provocaron una gran mortalidad: crisis de subsistencia; el descenso demográfico fue continuo hasta alcanzar los mínimos a comienzos del XV. Las repercusiones en el medio rural fueron muy importantes: aumentó la despoblación, se produjo una concentración de la misma y, en consecuencia, desaparecieron muchas aldeas. A la vez se dio una crisis política con la llegada al poder de los Trastámara. Las mercedes enriqueñas produjeron un relevo total entre los linajes aristocráticos; familias como Pimentel sustituyeron a las viejas casas como Los Castros y se convirtieron en nuestra zona en la élite de la nobleza castellana.

La nota más destacable del XIV fue la reorganización del funcionamiento de la administración municipal. Con Alfonso XI se inició un nuevo período en la historia de los municipios castellanoleoneses al establecer la sustitución de la asamblea general de vecinos (concejo abierto) por un concejo reducido; a mediados del XIV apareció el Regimiento: concejo cerrado cuyos miembros eran elegidos por el rey o por sus delegados; triunfó el centralismo. La menor autonomía municipal se vio reforzada con la presencia de oficiales regios en los concejos; el nombrar regidor era una atribución que los monarcas y los señores procuraron reservarse con carácter vitalicio.

foto-19-bajadero-picTanto Belvís como Villafer durante la Edad Media ofrecían la posibilidad de salvar el curso del Esla por medio de la barca
(Foto 19).  José Muñoz Miñambres en “Nueva historia de Benavente”, 1982 afirma “… Igualmente tenía este ayuntamiento –se refiere a Benavente- otras dos barcas, una en Belvís y otra en término de Villafer”.
Las grandes instituciones intentaron controlar total o parcialmente la gestión de las barcas; del siglo XII a la primera mitad del XIII estuvieron en distintas manos: particulares, aldeas, o el rey. Pero a medida que el Concejo de Benavente fue imponiendo su dominio sobre el alfoz, la Villa pretendió monopolizar los pasos de los ríos. Los reyes admitieron el derecho del Concejo a instalar barcas en los ríos permitiendo que una parte del barcaje (antiguo impuesto indirecto que gravaba los derechos de tránsito por el paso de personas, mercancías o ganado al cruzar los ríos en una embarcación) fuese a las arcas concejiles; por este asunto se produjeron diversas demandas y pleitos.

foto-18-letrero-picLa situación tomó nuevo giro con la señorialización de la Villa a finales del XV. Los Pimentel se apropiaron de algunos pasos, pero seguían existiendo barcas privadas. No hay datos de tarifas de barcaje  (foto 18) hasta este siglo; dichas tarifas firmadas por un escribano eran exhibidas por el barquero a todo usuario del transporte. En los ríos concejiles se cobraba una tarifa general de 1 maravedí por persona. Los vecinos de la Villa y su alfoz gozaban de la exención de algunos impuestos indirectos (gabela). Una disposición de un juez estableció en 1558 una tarifa concreta para las barcas de Belvís y Castrogonzalo que tal vez se aplicase también a otras embarcaciones: una persona, 1 maravedí; cinco cabezas de ganado menudo, 6 dineros; ganado mayor, 2 maravedís. Para más información consultar a Rafael González Rodríguez en su artículo“ Puentes, barcas e infraestructura viaria medieval en los ríos del norte de Zamora”.
En el siglo XV, durante el señorío de los Pimentel, los concejos cerrados se consolidaron: concedían los principales oficios concejiles a sus criados y servidores. Este señorío se prolongará durante toda la Edad Moderna.

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